El Terruño

En el Condado de Huelva pueden diferenciarse claramente tres tipos de suelo: el primero, arenoso o franco arenoso, en las zonas más próximas a Doñana, donde nos beneficiamos de la frescura en temporada de verano y de su drenaje en época de lluvias. Gracias a la poca humedad superficial se impide la proliferación de enfermedades y se crea una capa freática alta por abajo. El segundo suelo es el albarizo, algo menos calizos que los de Jerez, pero que confieren las mismas características a los vinos y acumulan bien los nutrientes y el agua.

Por último, el arcilloso o franco arcilloso, suelos con bajo rendimiento pero de mucha calidad. Y como característica principal en común, destaca el hecho de que estos tres tipos de suelos están mezclados, y que prácticamente en todas las parcelas aparecen los tres.

En ellos cultivamos la uva zalema, autóctona en nuestra geografía y que no se da en ningún otro lugar del mundo, y que es el sustento de nuestra actividad vinatera. Convive con las variedades listán, palomino, moscatel y garrido fino, y desde hace algunos años con uvas tintas como la tempranillo y la syrah, y blancas como la colombard, de origen francés.